Aún hay días en que puedo sentir ese sabor, como una mezcla de cigarro con algo mas, algo que te definía, el sabor de la gloria, el sabor que tenías.
Porque no han habido mas así, recuerdo esas noches con valentía.

Esas noches en las que conjurabas en mi oído esas imágenes que me invitaban a pecar, que me hacían querer más, me castigabas, me emocionabas, ardía en llamas mientras subía subía al cielo y luego abría los ojos para encontrarme en nuestro paraíso terrenal. Nunca te negabas, siempre querías mas. Yo siempre quería mas.
Entonces pecábamos, como enfermera y su paciente, como policía y ladrona, como esclava y amo, como secretaria y jefe, como dos locos, como dos enfermos, como dos salvajes, como dos amantes.
1 comentarios:
Felicidades, me gusta tu estilo jeje, particularmente esta lectura fue la que mas me gusto,...las comparaciones finales, que ocurrentes jeje...saludos, éxito en esta nueva faceta
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