Comenzamos conversando, muchas veces discutiendo, otras veces hasta peleando, entonces pasa, comienza el juego, siempre hay un momento en el que se deja de conversar, no hay discusión, ni pelea, ni siquiera palabras coherentes, sólo respiración, calor... Siempre de madrugada, o escapando un rato de las reuniones, escondiéndome en los baños, huyendo de todos, para poder quedar solos... Me sentía loca, pero poderosa, saber que puedo lograr eso en ti, sentir todo eso que estalla en mi, tiemblo, sudo, la taquicardia me ataca, me mareo y siempre quedo con esa sonrisa delatora en los labios y ese brillo inconfundible en los ojos, ese que indica que nos entregamos a las delicias y peripecias del amor físico... Hablar por horas, querernos esa misma cantidad de tiempo, romper esquemas, crear nuestro récord, mandar todo a la mierda, reír, vivir... No es utopía, pero es utópico, descubrí eso contigo.
Sólo una chispa es lo que se necesita para encender un incendio. El nuestro.
0 comentarios:
Publicar un comentario