Hay personas que creen que tu vida es un hotel. Sí, un hotel, quieren entrar, quedarse un tiempito, salir, volver, quedarse unos días o unas semanas e irse de nuevo, a veces sin aviso. Después van por la vida diciendo que nunca han estado ahí, que no recuerdan haber pasado sus cuantas noches delirando en sus colchones, en sus pisos, bajo ese techo.
No hay nada de malo en ser indeciso, si no se le hace daño a nadie.
No hay nada de malo en quererse y ponerse de primero.
No hay nada de malo en tomar una decisión, cuando el otro no se decide.
¿Que si perturban esos fantasmas al volver? ¡Claro!
¿Responderás el mensaje aparentemente inocente que te acaba de enviar?
¿Le creerás esta vez cuando te diga, "es que había borrado tu número" o "es que me habían dicho que hiciste/dijiste tal cosa y me molesté", tal vez te diga, "tenía que alejarme de ti, pero no pude"
¿Que hacer al respecto?
Optar por la salida y fácil y volver ya no es una opción.
Es preferible partirse en tres y desvanecerse con el viento, tal vez así sientas que está allí, está presente, pero sin poder verle. Ese será tu castigo al menosprecio.
Recuerda siempre: "Cuando los fantasmas aparecen, partite en tres."
0 comentarios:
Publicar un comentario