Hay poco de lo que puedo decir que me arrepienta de haber
hecho, porque tengo esta filosofía de que el hombre, en general, es dueño de
sus actos, que antes de hacer cualquier cosa y tomar alguna decisión, por
mínima que sea, debe ser pensada y analizada. Incluso eso que espontáneamente
hacemos puede y nos cambia la vida, en pequeñas dosis o un vuelco de 180°,
nunca lo sabrás de antemano. Por ende, cada acción trae consigo una
consecuencia y debemos aceptarla. ¿Cómo vas a arrepentirte luego? ¿No fuiste tu
acaso quien tomó la decisión? Entonces, no tienes derecho a quejarte luego.
Ahora, ¿Te pasas tú la vida arrepintiéndote? ¿O eres de los que asumen, aguantan el golpe y siguen caminando?
En este sentido, he conocido muchas personas que se pasan la
vida pidiendo perdón, por las cosas mal hechas, por actos que no debieron ser
cometidos, palabras que no debieron ser dichas, sitios que no debieron ser
visitados ese día, a esa hora, en fin… se gastan la vida mirando al pasado
repasando los hechos, pensando en “que podía haber sucedido si…”, una pérdida
de tiempo, a mi parecer. No digo que hay que ir meditando todo concienzudamente,
que ladilla. Lo que digo es que hay que asumir, responsabilidades, riesgos,
consecuencias.
Cuan distinto sería todo si por un momento, antes de hacer
algo, pensáramos un poquito en los demás. Ponerse en los zapatos de otro hace que te des cuenta que
algunos han de quedarte grande y otros demasiado apretados.
Cuando suena el mazo en la mesa, sabes que ya no hay
vuelta atrás y puedes cambiar vidas, no siempre para bien.
Los jueces están en el juzgado y hacen valer la ley, no
tomes un rol que no te corresponde.
1 comentarios:
Esa frase al final de tu blog.... me gusta. "Los jueces están en el juzgado y hacen valer la ley, no tomes un rol que no te corresponde"
le agrego... " Y si lo haces, luego no te quejes, cuando te toque"
Publicar un comentario