Welcome to the jungle:

Aquí hay de todo un poco, disculpa el enredo y la cursilería.
Pase, tome asiento, siéntase como en casa...

18 días...

Por: Em T Posteado el 7/02/2012 02:48:00 p. m.
Todo comenzó un lunes, el 14 de Junio de 2004:


Íbamos al cine Thara, Marielo y yo, pero se nos hizo tarde, así que nos quedamos en la "feria de comida" del centro comercial hablando, riendo, contándonos cosas, viendo a la gente pasar, en fin, haciendo lo mismo de siempre...


Tavo nos fue a buscar, me trajo a mi casa y se fue con Thara y Marielo...


Una hora después Thara tocaba el timbre de mi casa, estaba con Marielo, Yesenia, Reniel y Rafael. Venían a invitarme a dar unas vueltas y a comer por ahí (eran las 10pm), ya me había puesto el pijama y había dicho a mi mamá que no saldría, pero igual me cambié de ropa rápidamente y volví a ponerme la misma ropa que tenía puesta en el centro comercial, mi mamá no quería que yo saliera, pero no la escuché, no le hice caso y me fui.


Yo tan amante de la velocidad y ellos que venían a buscarme en un Mustang GT del año... ¡Era un sueño! Estaba que no cabía en mi, ese carro debía correr más de 200km/h y eso me hacía feliz... Hasta ese entonces.




Nos fuimos, ellos pararon a comprar algo para tomar y a nosotras (las chicas que no tomábamos alcohol) nos compraron chinotto. Pasamos buscando a José, aunque sinceramente ya no cabía más gente en ese carro. Éramos 7 y me querían obligar a sentarme en las piernas de Rafael, me negué tanto como pude e incluso fingí que me había molestado mucho, por lo que Yesenia accedió a sentarse en las piernas de aquel chico (ella tampoco quería) y así nos fuimos, Thara y Marielo adelante con Reniel que iba manejando, detrás iba yo del lado del copiloto, José a mi lado y en la otra punta, detrás del piloto, iban Rafael y Yesenia... Recorríamos las calles de nuestra ciudad, cantando a todo lo que daban nuestras gargantas, éramos felices, quizás demasiado...

Nos paramos a comer y ahí comenzó todo... Todo sucedió demasiado rápido, 
el carro iba a 180km/h, 
una carrera, 
competíamos con otro carro igual, 
pero el otro aunque era el mismo modelo
llevaba una ayuda adicional: 
un tanque de nitrógeno. 



El otro carro nos adelantó justo antes de una curva, Reniel tenía 2 opciones, chocar con el otro carro o maniobrar lo más que pudiese, la primera opción no era válida, por el nitro. 
Hizo malabares, nos salimos de la carretera, chocamos contra el metal de la defensa de la curva por mi lado, el carro coleó, y la defensa entró por el lado de los pasajeros de atrás del piloto, sacó a Yesenia del carro por el vidrio de atrás, se le incrustó en el abdomen a Rafael y se le clavó en la espalda a José. A mi no me tocó. 
Yesenia perdió parte de la piel de la pierna y las nalgas, el hueso izquierdo posterior de la pelvis y un riñón, a Rafael le hicieron un trasplante de intestino (se lo pusieron de plástico), a José lo operaron porque estuvo a 1cm de perforarse el pulmón con la defensa de metal, Thara tuvo una fractura en la clavícula, la pelvis y un latigazo, Marielo se golpeó los riñones, tuvo fractura en la clavícula y la costilla y por insistir en que me apoyara en ella, la costilla le perforó el pulmón, yo tuve cinco fracturas distribuidas entre la pelvis y el sacro, se me reventó la vejiga, tuve unos cortes en la pierna derecha por el metal del carro y muchas cortadas mínimas por todos los brazos, manos, pecho, espalda y cara... 


Dieciocho días después, el 2 de Julio de 2004:





Muchas operaciones, trasplantes de piel y órganos, varios infartos y una bacteria que la contaminó, 18 días pasaron y Yesenia murió.








No pudimos asistir al funeral, ni al cementerio, no pudimos visitarla ni una vez, no pudimos despedirnos.







Hoy, querida amiga, ocho años exactos de tu partida, te doy las gracias por aquella noche en la que apareciste con esa sonrisa para decirme que todo estaba bien, que estabas bien. Sé que a esta historia le faltan muchos más detalles, pero me rehúso a contarlos todos, algunas cosas prefiero dejarlas para mi y ser la única que las conoce y las recuerda. Fue poco el tiempo, pero gracias por todos esos días y esas conversaciones, en ese momento hacías lo que mi amiga había dejado de hacer, escucharme. Yo te quise, mucho. Pero eso ya tu lo sabes. 


Y sin prometerte nada, haré lo que me dijiste que hiciera, vivir sin culpas. 





 Esto siempre me recuerda a ti: 
Sigues viviendo, estás aquí ---> <3





















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