¿Quién necesita musa?, si te tengo a ti.
Si cuando me tocas todo llega en ráfagas de creatividad,
las
palabras se escriben solas,
los gemidos se vuelven prosas,
los gritos versos…
Y tú,
conmigo,
juntos,
por un instante,
nos hacemos poesía,
con el cuerpo,
con los alientos,
con nuestras bocas,
el movimiento se hace
canción,
bailamos al mismo son.
¿Qué sería de mis uñas sin tu espalda?
Estoy segura de que
mi lengua extrañaría el lóbulo de tu oreja
y que mis dientes llorarían por tu
pecho…
Mi cuerpo beberá de ti y tu boca de mí…
de noche,
por la mañana
o la
madrugada,
que estemos en un estacionamiento,
a la orilla del mar,
en el baño
de un casino
o en una cómoda habitación,
da igual…
Así funciona esto,
al final caeremos rendidos los dos,
sin
importar nada,
ni el tiempo,
ni el lugar
o la hora,
habrá un descenso
y un
colapso,
lo disfrutaremos,
aunque después debamos decir adiós.
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