Odio.

Odio odiar.
Odiar algo(uien) implica que alguna vez importó (quizás demasiado).
Odiar enferma.
El odio es amor disfrazado de arrechera (en la mayoría de los casos), una pérdida innecesaria de energía (energía útil para dedicarla a quien se ama).
El odio es debilidad, es indicio de que aún te importa (por eso te molesta).
Odiar implica miedo (a veces), es más fácil odiar que afrontar, es más fácil odiar que dar la cara, es más fácil odiar que asumir tus peos.

No, no te odio, como pareces creer, nunca he podido odiar a nadie, ni siquiera a quienes me han hecho daño...
Sí, en efecto, hay personas que me descomponen el cuerpo, que provocan en mi sentimientos violentos, pero ni siquiera a esas personas les odio.
El día que admitas que has hecho mal, que la cagaste conmigo, que la culpa es enteramente tuya y que me perdiste por una estupidez que de paso aparece en el código tácitamente entendido por todos, ese día dejarás de odiarme, para odiarte.
No lo hagas, yo te perdoné hace tiempo ya.
Por eso ya no estás en mi vida, por eso puse distancia.
Porque me importabas y no quiero odiarte.
Tener el corazón libre es la mayor de las bendiciones, muy pocas cosas se sienten tan bien como eso.
Saberse libre de culpa, eso también da una sensación liberadora.
Pero sobre todo saberse con la capacidad de perdonar casi cualquier cosa. Esos son los lujos que me doy.
Esos son los lujos que quiero en mi vida, lo demás se desvanece como el agua entre los dedos.